Paso del Bote III

Ver antes:

Paso del Bote I

Paso del Bote II

Al día de hoy, el campo continúa trabajando como años atrás, pero muchas veces incorporando tecnología.
En Paraje del Bote, aún hay ranchos de terrón y techo de paja, el capataz y los perros hacen el trabajo de siempre; pero como en este caso, los avances tecnológicos no han pasado de largo. Un cuadriciclo con motor, ha llegado a una de las estancias. Su fuerza y velocidad ayudan en tareas varias. Agregándole un trailer (pequeño carro) permite distribuir forraje, herramientas, etc. En este caso, la comodidad y practicidad beneficia al dueño a quien por problemas de salud se le dificulta cabalgar.
De mas está decir que la tecnología también ha llegado en forma de cámara digital, para que ustedes puedan apreciar estas fotos.

Cuenta un viejo paisano que esta seria la antigua entrada de Paso del Bote por la que se llegaba directo al río.

Abandonada posteriormente fue reemplazada por este otro camino.



Aun quedan viejos pasajes con vegetación silvestre por donde transita gente y sobre todo ganado.

Plaza de Las Piedras

A tres cuadras de la Vía del Tren, se encuentra la plaza principal de Las Piedras, marcando el centro de dicha ciudad.
Ocupa una manzana, y las calles que la rodean son la Avda. Artigas, Gral. Rivera, Gral Flores y Lavalleja.
Frente a la plaza y sobre la calle Lavalleja, se encuentra la Iglesia de Las Piedras.
Sobre Rivera, el Casino del Estado.
Sobre Gral. Flores, la empresa fúnebre Villamayor y enfrente, sobre Avda. Artigas el Club Deportivo Solís.

Nuestra plaza tiene mucho verde, canteros con césped y varios árboles.

Si bien otrora era un lugar más tranquilo y seguro, hoy día continúa igualmente siendo lugar de paseo, descanso y sitio ideal para diversos eventos.






Podemos encontrar en esta plaza, varias placas a modo de homenaje.
Una de ellas es la dedicada a Luis Pérez Aguirre, también conocido como “Perico”
Aguirre fue un sacerdote defensor de los derechos humanos, que ganó el cariño de los “pedrenses”, entre otras cosas, por su ayuda en La Huella, una Granja-Hogar de nuestra ciudad.




O el homenaje a la Mujer Oriental, como compañera inseparable de los héroes de la Gesta Libertadora



Y esta piedra, como dedicatoria al Ibirapitá o árbol de Artigas. El Ibirapitá tiene gran contenido emotivo por considerarse el árbol de nuestro prócer, y obtiene una hermosa floración amarilla en el verano (para lo cual aún falta un tiempito…)

En el centro una fuente rodeada de bancos.

La sombra que brinda en el verano es ideal para tomarse un heladito, sentado en un banco. Respetemos nuestra plaza principal, cuidemos su limpieza y mantengamos este rinconcito de nuestra ciudad en buen estado.

Cementerio de Las Piedras

En algunos países, la muerte es algo que no se suele nombrar, ya sea por miedo, ignorancia o respeto. En otros como en México, es motivo de festejo.
En Uruguay, digamos que un término medio. No hacemos una fiesta de calabazas y disfraces, pero en cierto sentido "conmemoramos" el Día de los difuntos, y gran parte de la población se mueve hacia los cementerios, a brindar un saludo y homenaje a aquellos seres queridos que ya no están en este mundo.
Nuestra tradición es llevar flores nuevas, mantener cuidados los sepulcros, limpiar las urnas y simplemente sentir que no hemos olvidado a los familiares y amigos que ya partieron, dedicando unos momentos a estar allí junto a sus restos.
Digamos también que parte de la población es reacia a acudir a los cementerios, participando por única vez en el entierro.
El lugar recorrido hoy: El cementerio de Las Piedras. Desmitifiquemos aquello de que el cementerio es un lugar lúgubre, de miedo o morbo. En realidad es parte de nuestra ciudad, de nuestras costumbres.

La mañana se presentó lluviosa y gris. Un toque de tristeza y nostalgia, propicios para el 2 de noviembre: Día de los Muertos.
En el camino, algunos puestos con flores ya desplegaban su colorida venta. Muchos charcos en la calle y un cielo oscuro que no asustó a quienes respetan la tradición.

El cementerio de Las Piedras es fácil de localizar si vamos por la Avenida Municipio (Dr. L.B. Berres), y su entrada principal está en la calle P. Blanes Viale. Ocupa una cuadra entera y sus muros son de color amarillo.


Por la mañana, muchos autos se congregaban en la puerta principal y varios puestos exponían su mercadería bajo la llovizna.



El cementerio de Las Piedras tiene varias partes, unas con sepulcros en tierra, otras con urnarios y los clásicos panteones.

Un monumento llama la atención, es el dedicado a Julio Sosa, El varón del tango, fallecido en noviembre de 1964. Varios ángeles custodian el edificio con entrada en forma de torre.

Nota: En realidad este monumento en forma de Molino, pertenece a la familia Bosch. Don Joaquín Bosch, falleció el 22 de marzo de 1896. Recordemos que fue el creador del Molino que se encuentra sobre la calle Dr.Pouey (Ruta 5 Vieja). Su señora e hijos crearon este panteón en su honor. Posteriormente el lugar fue prestado a Julio Sosa, hasta que finalmente se trasladaron sus restos al nuevo mausoleo. (Ver fotos más adelante)

Continuando con el recorrido, la llovizna no cesa, por el contrario. La gente camina pausada, cargando flores y paraguas. La tierra y los árboles huelen a fresca renovación.






Por otro lado, el nuevo mausoleo dedicado a Julio Sosa. Éste fue inaugurado en 2006. Varias placas en su homenaje se muestran tras el cristal del frente.

La palabra Mausoleo (monumento funerario y sepulcro suntuoso) proviene del latín: Mausoleum, sepulcro de Mausolo.
Mausolo fue uno de los príncipes más ricos y poderosos de su tiempo. Cuando falleció, fue muy llorado por su esposa Artemisa II, quien le mandó construir en Halicarnaso (antigua ciudad griega) un magnífico sepulcro para enaltecer su memoria. La magnífica construcción tenía muchas columnas y se hizo en mármol blanco. Muchas figuras y relieves adornaban su estructura, contando con más de 400 estatuas. La pirámide que coronaba el monumento llevaba un carro de mármol tirado por cuatro caballos. Dicho “Mausoleo de Halicarnaso”, fue considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

Hay dos pinos muy antiguos en el cementerio de Las Piedras. Uno está totalmente quemado, no se porqué motivo. Erguido despliega hacia el cielo sus varios metros de tronco y ramas negros, sin vida.
El otro pino, por el contrario, muestra ramas y hojas verdes.

Esta es posiblemente la parte más antigua del cementerio, dado que los sepulcros antes eran más suntuosos, la mayoría de mármol. Muchos de ellos con símbolos cristianos y algunas bellas esculturas.

Conforme avanza la mañana, la lluvia se hace más densa. Los puesteros de flores despliegan techos de naylon o se colocan capas de lluvia.

Y la gente sigue con su tradición, inmutable. Recordando, cumpliendo, tal vez con alguna lágrima que pasa desapercibida en el ambiente gris y lluvioso del 2 de noviembre.

Estás escuchando "En esta tarde gris", por Julio Sosa